Ya soy socia de RIVER!!!!
Y para festejarlo mi mamá me llevo por primera vez al MONUMENTAL a ver River - Independiente
Les presento el GRAN ESTADIO DE RIVER PLATE!!
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¡Hola, Princesa! Te cuento que ayer tuve una visita. Fue una visita muy agradable, por cierto. ¿Sabés de quién se trataba? Nada más ni nada menos que de ¡¡¡Papá Noel!!! Si, aunque parezca mentira, vino a visitarme a mí para hablarme de vos. Si, de vos. ¡Pobre! Me dió un poco de lástima porque se veía algo compungido. Se sentó a mi lado, en la cocina. Dejó en el suelo su enorme bolsa, repleta de regalos para los chiquitos del mundo, como vos. Yo, como lo ví algo preocupado, le pregunté qué le pasaba. Aceptó un mate que yo le ofrecía, y después de un rato, comenzó a contarme qué le pasaba.
-Sabés, Cleo -me dijo- que yo amo a todos los chicos, y nada me hace más felíz que llevarles un regalito, a todos.
-Si, Papá Noel -le dije, mientras cebaba el mate que me tocaba a mí.
-Bueno, y sabés cómo los quiero a todos -seguía contando Papá Noel- como a Mía, tu nieta. Pero resulta que ahora Buenos Aires se me está poniendo difícil para estacionar el trineo -dijo, con cara compungida- me vuelven loco a bocinazos, hay piquetes a toda hora, me sacan multas, y para colmo, a veces cuando vuelvo de dejar un regalito, me doy cuenta que me robaron algunas bolsas, ¡así no se puede trabajar! -se quejaba casi llorando, Papá Noel, con su narizota más colorada que nunca.
Yo, a punto de echarme a llorar por tan desolador panorama, le puse una mano en el hombro y le ofrecí un pañuelito de papel por si se le caía alguna lágrima, o algún moquito.
-Entonces te queria pedir -siguió diciendo Papá Noel- si no te molesta, por supuesto, que me dejes ponerle algunos regalitos a Mía aquí, en Bariloche, en este árbol tan bonito que preparaste. Por supuesto, si en estos días Buenos Aires se descongestiona un poco, igual le voy a llevar otros regalitos para el árbol que prepararon en Buenos Aires la mamá de Mía, sus tías y su abuela. Porque como yo sé que su papá va a ir a visitarla para esperar el Año Nuevo con ella, puede llevarle los paquetes que yo deje aquí, ¿qué te parece? ¿puedo? -preguntó con ansiedad Papá Noel.
-Por supuesto, Papá Noel, no te aflijas, vení cuando quieras que siempre vas a ser bienvenido y Mía va a recibir de manos de su papá los regalos que vos le dejes aquí.
Así partió muy contento Papá Noel, después de mi promesa de recibir en mi árbol los regalitos que papi te llevará cuando vaya. ¡Mirá vos, Mía, qué confianza tiene Papá Noel para dejarnos a nosotros sus tesoros para vos! Te mando todo mi amor, el del abu y el de la tía Tina, que está vacacionando en Córdoba y te manda muchos besos
te amo
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